Sin las estrellas… ¡No estaríamos aquí!
En el pasado mes de mayo, algunos medios publicaron la noticia de que unos científicos habían logrado convertir Luz en Materia y, le ponían la coletilla de que… “El proceso recrea lo que ocurrió en los primeros 100 segundos del universo conocido”. La noticia decía:
“Científicos han logrado hacer materia a partir de luz pura, comprobando una teoría que fue descrita hace 80 años y en cierta forma llevando a cabo un principio universal de transformación. La idea de hacer materia con luz primero fue descrita por Gregory Breit y John Wheeler y en ese entonces creía que era imposible de realizar en el laboratorio, aunque evidentemente la famosa fórmula de Einsten E=mc2 indica que la materia y la energía son convertibles. Y ahora también, de manera empírica, la luz y la materia son intercambiables.
Para poder realizar esta asombrosa comprobación, físicos del Imperial College of London usaron lásers de alta energía y otros aparatos que existen en por lo menos tres laboratorios en el mundo. Para materializar la luz, primero se disparan electrones a un bloque de oro, lo que produce un haz de fotones de alta energía. Luego se dispara un láser de alta energía a una cápsula llamada holhraum (“cuarto vacío” en alemán). Esto produce una luz tan brillante como la de las estrellas. En la etapa final, se dirige el primer haz de fotones al holhraum donde los flujos de fotones chocan: esto crea partículas subatómicas con masa. Suena como una especie de moderna receta de la piedra filosofal o un arma demiúrgica (aunque los científicos advierten que esto no permitirá materializar objetos de la nada y menos espadas de luz).”
Nosotros, la especie Humana, tan “inteligente” y avanzada, nos hemos dado trazas para extender, esa “inteligencia” hasta límites impensables hasta hace bien poco tiempo. La extensión de la inteligencia humana por el ciberespacio en ese “mundo fantástico” que llamamos Internet y que, casi sin que nos demos cuenta, poco a poco, avanza de manera imparable y se está adentrando en todos nuestros ámbitos intelectuales, administrativos, industriales, de modelos científicos, de estudios del espacio y de todas las disciplinas del saber Humano. ¿No es demasiado arriesgado apostarlo todo a ese único número? ¿Qué pasaría si el sistema se colapsa y el mundo queda paralizado?
Al menos en todos los paises avanzados, los ciudadanos usuarios de teléfonos móviles dependen cada vez más de este invento. Un estudio divulgado al efecto, muestra el creciente uso de estos dispositivos móviles para resolver una disputa, coordinar una reunión, elegir un restaurante u obtener información. Hay proyectos que se han puesto en marcha y han facilitado valiosa información en el sentido de que, al menor el 70% de los propietarios de móviles inteligentes, utilizan este ingenio resolver y llevar a cabo una gran cantidad de actividades necesarias en la vida cotidiana. Podían resolver problemas inesperados, recibir y enviar instrucciones, fijar citas y convocar Asambleas de Juntas de Gobierno en Sociedades. Cualquier cuestión, podía ser resuelta a través del móvil. Otras muchas posibilidades están a merced de ese pequeño artilugio y, cabría preguntarse si no nos estaremos dejando llevar hacia un terreno peligroso en el que las cosas, están dejando de depender de nosotros. Claro que, no todos le dan un uso útil a estos nuevos inventos.
La falta de experiencia y la alocada vorágine en la que están inmersos los jóvenes, les hace caer en la mala utilización de todos estos nuevos inventos que, no pocas veces, son la causa de muchos digustos y, su uso, tiene la parte oscura que todos conocemos en muchos sentidos que no son, precisamente, ejemplos sociales.
“Cuidados en relación a las redes sociales
Hoy en día, sea en Facebook, MySpace o incluso Flickr, la gente pide ser agregada sin discriminación y otros tantos, buscando llenar alguna necesidad propia, aceptan y acumulan a gente desconocida entre sus contactos. Esto es un agujero de inseguridad en sí mismo: normalmente en esos lugares hay fotos, datos y detalles muy importantes y personales de más de uno, que pueden quedar a la vista de gente que no desearíamos que lo pudiesen manipular, o incluso, pueden ser reunidos con fines comerciales. Es necesario ser cuidadosos con las redes sociales que ya paso a ser un problema mundial, donde preocupa a un numero importante de personas.
No podemos negar, sin embargo, que este nuevo “universo” ha hecho posible muchas “maravillas” y ha conectado al mundo. Las distancias han desaparecido y podemos hablar y ver al mismo tiempo, a nuestros hijos que trabajan o estudian lejos de casa, en otros continentes.
Vamos camino de conseguir la computación sin fronteras
CERN, … where the web was born; éste es uno de los reclamos publicitarios que suelen utilizarse para hacer ver al público la importancia de los retornos tecnológicos que en este laboratorio tienen lugar. Y en efecto, fue a finales de los ochenta cuando Tim Berners-Lee desarrolló estándar de Hyper Text Transfer Protocol () e implementó los primeros servidores web en el CERN. Su esfuerzo permitió la comunicación fácil y segura y el intercambio de todo tipo de información entre todos los ordenadores del mundo conectados a internet, dando lugar de esta forma a una de las revoluciones tecnológicas más importantes de las últimas décadas. Las repercusiones científicas, tecnológicas, culturales, comerciales y de ocio de la web son ya tan conocidas que apenas merecen comentario alguno.
El término Grid fue acuñado por Ian Foster and Carl Kesselman en su libro The Grid, Blueprint for new Computing Infraestructure (Morgan Kaufman, 1998), aunque las ideas básicas habían sido consideradas con anterioridad. No existe un acuerdo general sobre cual debería ser la definición precisa de las tecnologías Grid, pero hay un amplio concenso en que esta debería contener elementos tales como recursos compartidos, virtualización, abstracción del acceso a los recursos y estandarización. La filosofía Grid consistería, no sólo en compartir información entre diferentes usuarios, sino también recursos, como por ejemplo, procesadores, tiempo de CPU, unidades de almacenamiento, así como otros aparatos e instrumentos, de tal forma que eventualmente cada usuario tendría acceso , por ejemplo, a la capacidad de cálculo de todos los demás usuarios de esa Grid. En los primeros tiempos de esta tecnología de la información se llegó a hablar de la Grid, refiriéndose a la posibilidad de existencia de una única World Wide Grid.
Todo surgió del CERN
Hasta el momento, sin embargo, este concepto no es una realidad y más bien lo que se encuentra es que diferentes grupos de proyectos crean su propia Grid usando sus propias implementaciones, estándares y protocolos y dando acceso restringido solamente a una cierta comunidad de usuarios autorizados. Así, aunque se siguen realizando importantes esfuerzos en cuanto a la estandarización de los protocolos, no está claro cual será el camino que este tipo de tecnología seguirá en el futuro en lo que se refiere a la venidera existencia de un única Grid.
En cualquier caso es importante resaltar que una vez más el CERN ha sido pionero en este tipo de tecnología. Los detectores que se instalaron en el LHC (ATLAS, CMS, ALICE, LHCb, SUSY, etc.), son tan complejos, que han requerido cada uno de ellos el concurso de muchas instituciones de todo el mundo para su construcción, y lo seguirán requiriendo para su mantenimiento cuando el acelerador empiece a funcionar de nuevo(ya está en marcha), y, como no, para el análisis de los que se obtengan en sus experimentos. Para hacerse una idea de la dimensión y complejidad de estos análisis baste mencionar que el compact Muon Selenoid (CMS), una vez pasado su primer filtro, deberá almacenar información sobre el resultado de las colisiones producidas en su interior a un ritmo del orden de 100 a 200 MB por segundo durante un tiempo esperado de unos cien días por año. Resulta obvio que sólo una tecnología tipo Grid puede afrontar con posibilidades de éxito un reto semejante y de hecho el CERN ha inspirado varios proyectos Grid multinacionales por este motivo. Posiblemente, el más grande de ellos hasta la fecha sea el EGEE (Enablinbg Grids for E-Science), que conecta más de 150 paises y ofrece 20 000 CPUs y más de 10 Petabytes de memoria.
De manera análoga a como ocurrió con las tecnologías de la detección y aceleración, las tecnologías Grid tendrán, y de hecho ya empiezan a tener, un fuerte impacto en las ciencias de la vida y de la salud. En este sentido, uno de los más obvios para su aplicación es la bioinformática. Gracias a los espectaculares avances llevados a cabo en los últimos años en el campo de la biología molecular, se dispone hoy en día de cantidades crecientes de información genética de diferentes especies e individuos. Dicha información codificada en el ADN en forma de secuencia de tripletes o codones de ácidos nucleicos, que constituyen los genes que contienen la estructura primaria de las diferentes proteínas, ha sido y está siendo obtenida por centenares de grupos diferentes distribuidos por todo el mundo y debe almacenarse en gigantescas bases de datos de forma eficiente para su compartición, contrastación y análisis.
Ejemplos típicos serían la búsqueda de determinadas secuencias, comparaciones, búsqueda de determinadas mutaciones o alelos, etc. Resulta evidente que esta ingente labor puede verse enormemente beneficiada por el uso de tecnologías Grid. De hecho, la Bioinformática, y en particular sus biomédicas, han sido una parte importante del proyecto EGEE desde el comienzo del mismo.
Cintíficos del CERN aplivcan antimateria contra el Cáncer
Claro que todo lo anterior no es más que una ramificación de algo más grande. Estamos inmersos en un Universo que, poco a poco, vamos descubriendo y, esos conocimientos de cómo funciona la Naturaleza nos están permitiendo construir estructuras tan complejas como esa de Internet que en principio, parece que tiene su principal función en hacernos más llevadero el mundo “futuro” en el que vivímos pero… ¡No se si lo estaremos haciendo bien!
Con frecuencia hemos hablado aquí de la Mente y de la Materia, del Universo y de las galaxias que lo pueblan, de los Mundos y de la Vida, de las múltiples teorías que observando y experimentando hemos creado para poder explicar la Naturaleza, de las Constantes Universales y de las cuatro Fuerzas Fundamentales. En fin, hemos hablado de los onjetos exóticos que pueblan el universo y de las maravillas que ocurren en el corazón de las estrellas que, a temperaturas de millones de grados, transmutan los elementos simples en otros más complejos. De todo eso y de muchas más cosas hemos hablado aquí y, posiblemente, algún lector, haya podido aprender alguna cosa. Siempre hemos procurado exponer los temas de la manera más sencilla posible y, si lo hemos logrado o no, serán ustedes los que lo tengan que juzgar.
La cosmología observacional se ocupa de las propiedades físicas del Universo, como su composición física referida a la química, la velocidad de expansión y su densidad, además de la distribución de Galaxias y cúmulos de galaxias. La cosmología física intenta comprender estas propiedades aplicando las leyes conocidas de la física y de la astrofísica. La cosmología teórica construye modelos que dan una descripción matemática de las propiedades observadas del Universo basadas en esta comprensión física. Y, todo eso, ha sido posible gracias a la evolución de nuestra Mente.
No somos una máquina, tenemos sentimientos y podemos generar ideas y pensamientos
Cuando pudimos alcanzar la Consciencia, cuando nos dimos cuenta de que éramos parte de todo lo que nos rodeaba, Cuando nos supimos Naturaleza, entonces y sólo entonces, comenzamos a discurrir y a preguntarnos. Como no sabíamos responder a ninguna de esas preguntas, estuvimos miles de años observcando asombrados los fenómenos de la Naturaleza y las transformaciones que a nuestro alrededor, eran tan frecuentes y, queriendo saber a qué eran debidas, las estudiamos a fondo hasta comprender, al menos en parte, lo que en nuestro mundo pasaba. Más tarde, con el paso del tiempo, llegó la Ciencia más avanzada, la tecnología y, ampliamos nuestro “mundo de estudio” hasta las estrellas del cielo, las galaxias y, también, a ese otro “mundo” de lo muy pequeño que era otra parte de este mundo nuestro y de todo el Universo.
Una galaxia es un universo en miniatura, allí pueden estar representados todos y cada uno de los objetos que pueblan el Cosmos. En el ámbito de una galaxia todas las fuerzas del universo actúan allí a nivel local, La Gravedad mantiene allí unidas a las estrellas y los mundos, las Nebulosas y las ingentes cantidades de gas y polvo que contienen para crear estrellas nuevas. Allí, en las galaxias, residen agujeros negros, estrellas de neutrones y una gran variedad de estrellas y de sistemas solares, así como cometas errantes y enormes meteoritos que vagan por el espacio interestelar. En una galaxia, amigos míos, podemos encontrar todo aquello que en el universo existe. Las hay muy pequeñas, enanas con menos de un millón de estrellas y también, las hay gigantes y supergigantes que llegan a tener muchos cientos de miles de millones de estrellas. Algunas tienen diámetros que sobrepasan los 600.000 años-luz.
Pueden estar aisladas y también en pequeños grupos (como nuestro Grupo Local de Galaxias donde reinan Andrómeda y la Vía Láctea). Pero, también existen enormes estrucutras, cúmulos y supercúmulos de galaxias como el de Virgo. Muchos son los tipos de galaxias conocidos y, referidas al material que las conforma, a su condiciones físicas específicas, o, también, a otras circunstancias especiales, raras o exóticas, la familia de las galaxias es grande y muy variada.
Y, en todo ese aparente maremágnum, apareció la vida. “La Vida, como una cúpula de vidrio multicolor, mancha el blanco resplandor de la eternidad.” De la misma manera que no llegamos a comprender el Universo, tampoco conocemos lo que la vida es, y, hasta las definiciones que hemos encontrado para explicarla, ni se acercan a la realidad, a la grandiosidad, a la maravillosa verdad que el universo nos muestra a través de la vida, en la que, a veces, subyacen los pensamientos y los mejores sentimientos.
Aquí, como decía al principio, hemos comentado sobre los muchos procesos científicos que, de alguna manera, han podido involucrar a más de uno que, habiendo sentido curiosidad y teniendo ganas de saber, han seguido con cierta fidelidad lo que aquí pasaba. Hemos podido explicar que, la Astronomía, al destrozar las esferas cristalinas que, según se decía, aislaban la Tierra de los ámbitos etéreos que se hallan por encima de la Luna, nos puso en el Universo. También hemos podido contaros que la Física cuántica destruyó la metafórica hoja de cristal que supuestamente separaba al observador distante del mundo observado. Juntos, hemos podido descubrir que estamos todos, inevitablemente enredados en aquello que no conocemos pero que, deseamos conocer.
¡Nos queda tánto por aprender!
La Astrofísica, al demostrar que la materia es la misma en todas partes y que en todas partes obedece a las mismas leyes, nos reveló una unidad cósmica que se extiende desde la fusión nuclear en el núcleo de las estrellas, hasta la química de la Vida. La Evolución darwiniana, al destacar que todas las especies (al menos de la vida terrestre que conocemos), están relacionadas y que todas surgieron a partir de la “materia inerte”, puso de manifiesto que no hay ninguna muralla que nos separe de las otras criaturas de la Tierra, o del planeta que nos dio la vida y que, en definitiva, estamos hechos del mismo material que están hechos los mundos.
La convicción de que, en cierto sentido, formamos una unidad con el universo, por supuesto, ha sido afirmada antes muchas veces por hombres sabios en otras esferas del pensamiento. Acordémonos de lo que dijo Heráclito: “Todas las cosas son una sola cosa”; Lao-tse en China, describió al hombre y la Naturaleza como gobernados por un solo principio (lo llamó el Tao); y la creencia en la unidad de la Humanidad con el Cosmos estaba difundida entre los pueblos anteriores a la escritura, como lo puso de relieve el jefe indio suquamish Seattle, quien declaró en su lecho de muerte que “todas las cosas están conectadas, como la sangre que une a una familia”.
Pero hay algo sorprendente en el hecho de que la misma concepción general ha surgido de ciencias que se enogullecen de su lúcida búsqueda de hechos objetivos, empíricos. Desde los mapas de cromosomas y los registros fósiles que representan la interconexión de todos los seres vivos de la Tierra, hasta la semejanza de las proporciones químicas cósmicas con las de las especies vivas terrestres, nos muestran que realmente formamos parte del universo en su conjunto.
Hace tiempo ya que me resulta difícil no creer en la presencia de Vida en otros Mundos. Un poeta decía “Un triste espectáculo. Si están habitados, ¡qué campo para el sufrimiento y la locura! Si no están habitados, ¡qué despilfarro de espacio!” La verificación científica de nuestra participación en las acciones del Cosmos tiene, desde luego, muchas implicaciones. Una de ellas, de la que hemos hablado aquí con frecuencia, es que, si la vida inteligente ha podido evolucionar aquí en la Tierra también puede haberlo hecho en otras partes del universo.
En cualquier planeta como la Tierra (de los que se ha calculado que existen miles de millones sólo en nuestra Galaxia) que orbite una estrella como el Sol (de las que existen diez mil de millones sólo en nuestra Galaxia), si están situados a la distancia adecuada para que esté presente el agua líquida, lo más probable es, que la vida prolifere y, con el tiempo suficiente, evolucionar hasta la inteligencia. tranquilamente podemos especular que no somos la única especie que ha estudiado el universo y que se ha preguntado sobre su papel dentro de él.
Desde que la Mente surgió en el Universo, sus portadores, nosotros, siempre hemos querido saber sobre el por qué de las cosas.
Nuestra comprensión de la relación entre la mente y el universo puede depender de que podamos tomar contacto con otra especie inteligente con la cual compararnos. Raramente la Ciencia ha obtenido buenos resultados al estudiar fenómenos de los que sólo tenía un ejemplo. Las leyes de Newton y Einstein habrían sido mucho más difíciles -quizás imposibles- de formular si sólo hubiese habido un planeta para someterlas a prueba, y a menudo se dice que el problema de la cosmología es que sólo tenemos un universo para examinar. (El descubrimiento de la evolución cósmica reduce un poco esta dificultad al ofrecer a nuestra consideración el estado muy diferente del universo en los primeros momentos de la evolución cósmica). La cuestión de la vida extraterrestre, pues, va más allá de problemas como el de si estamos sólos en el universo, o si podemos esperar tener compañia cósmica o si debemos temer tener invasiones exteriores; sino que también sería una manera de examinarnos a nosotros mismos y nuestra relación con el resto de la Naturaleza.
Hay cuestiones que van mucho más allá de nuestros pensamientos, sobrepasan la propia filosofía y entran en el campo inmaterial de la Metafísica, quizá el único ámbito que realmente pueda explicar lo que la Mente es. Allí reside la esencia de lo complejo, del SER. Ya sabéis lo que nos dejó dicho el sabio Marco Aurelio:
“Marco Aurelio Antonino Augusto2 (apodado el Sabio) nacido en Roma, fue emperador del Imperio romano. Fue el último de los llamados cinco buenos emperadores, tercero de los emperadores de origen hispano y está considerado como una de las figuras más representativas de la filosofía estoica. ” Él veía un poco más alláque otos mortales”.
Richard Harris en su papel de Marco Aurelio en Gladiator. El verdadero Marco aurelio decía cosas como esta:
“Todo estado presente de una sustancia simple
es naturalmente una consecuencia de su estado anterior,
de modo que su presente está cargado de su futuro.”
Sabemos eso pero, ¿Qué futuro es el nuestro? Si estrapolamos lo anterior a nosotros y a nuestro futuro resultará que, el futuro será para nosotros lo que queramos que sea, es decir, lo que podemos construir con nuestras acciones de hoy que harán el mañana. Claro que… ¿Dónde dejamos la intervención -en su caso- de la Naturaleza? No, no resulta fácil decir lo que será el impredecible mañana. Y, por otra parte, como comentamos al principio, están esos inventos nuevos que, como el de Internet o la robótica, no sabemos hacia dónde nos llevarán. Creo que de seguir por el camino que vamos, no tarderemos mucho en poder replicar humanos, es decir, clonar seres inteligentes que, de esa manera, conseguirán aquel viejo sueño de la inmortalidad.
¡Qué aburrido, vivir en un mundo del que nada sabemos y en el que a nadie conoceremos! Es mejor quedarnos con nuestro propio tiempo y tratar, de no desperdiciarlo, dedicarlo a lo que verdaderamente importa. No siempre lo mejor es lo más caro y lujoso y, casi siempre, está del lado de las cosas sencillas que tenemos a nuestro alcance. Esa puede ser la felicidad, que lo que nos rodea no nos pase desapercibido, que le prestemos atención a los seres queridos y que, no querámos más de lo que podamos necesitar… de verdad.
emilio silvera